jueves, 28 de mayo de 2015

METODOLOGÍA DE LA DINAMIZACIÓN COMUNITARIA




La INVESTIGACIÓN- ACCIÓN PARTICIPATIVA


La propuesta metodológica de la Investigación–Acción Participativa (IAP) significa la apertura de procesos “para conocer actuando y actuar conociendo”. A través de una dinamización consciente la IAP plantea un proceso donde se involucran diferentes actores que, desde la definición de sus necesidades y la búsqueda de sus soluciones, constituyen conjuntos de acción para la puesta en marcha de diferentes iniciativas a múltiples niveles, de forma plural y no excluyente. La meta última de la investigación-acción participativa es conocer para transformar pero esta acción no se hace “desde arriba” sino desde y con la base social.

La IAP, además de una metodología específica para la investigación es considerada también una forma de intervención al sensibilizar a la población sobre sus propios problemas, profundizar en el análisis de su propia situación u organizar y movilizar a los participantes.
Desde esta metodología la población es el agente principal de cualquier transformación social y de su activa colaboración dependerá el cambio efectivo de la situación que vive. Por tanto, el objeto de estudio o problema a investigar parte del interés de la propia población, colectivo o grupo de personas y de su propia experiencia, necesidades o problemas vividos o sentidos.

En la IAP, el objeto de estudio tradicional de la investigación social, la población, pasa a ser sujeto que investiga. Esta práctica autorreflexiva se instrumentaliza en el principio de dialogicidad según el cual el investigador y la población establecen una relación de comunicación entre iguales.

En la IAP la participación de la población puede adoptar dos formas básicas (y entre ambas posturas todas las posibilidades según situación concreta):

  • Participar durante todo el proceso: selección del objeto de estudio, diseño de la investigación, trabajo de campo, análisis de resultados y diagnostico crítico, elaboración de propuestas, debate y toma de decisiones, planificación y ejecución de actividades y evaluación de la acción.
  • Participando en algunas fases.

La utilización de la IAP no es excluyente ni sustituta de otras técnicas de investigación y análisis de la realidad y su aplicación dependerá de las posibilidades, necesidades y recursos de cada situación concreta. Así, la IAP sólo puede ser aplicada en ámbitos reducidos, tales como un barrio, organización, distrito, comunidad rural, etc., a fin de que la participación sea realmente efectiva y la población pueda llegar a ser protagonista del proceso de transformación.


(Siguiendo al sociólogo Tomás Rodríguez Villasante), el proceso de IAP consta de:


  1. Fase de dialogo-negociación
Fase inicial donde los técnicos, profesionales, y/o promotores institucionales
o comunitarios acuerdan el diseño del proyecto de investigación-análisis y
reflexión, el cronograma de actividades participadas y los compromisos y
responsabilidades asumidas por cada una de las partes.

Preguntas antes de comenzar un proceso participativo de investigación:
¿De dónde partimos?
¿Qué conocemos de la comunidad?: tipo de población, colectivo al que nos interesa dirigirnos, problemáticas generales, algo de su historia...
¿Qué conocemos del tema que vamos a investigar?, ¿Qué dimensiones alcanza tanto locales como globales? ¿Existen procesos participativos en marcha, movimientos ciudadanos, etc. o queremos impulsarlos?

¿A través de qué mecanismos se define el tema que nos interesa
investigar?
¿Responde el tema objeto de estudio que hemos definido a una necesidad sentida por la comunidad, por nosotros, por la Administración...? ¿A quién ocupa y a quién preocupa el tema objeto de estudio?: conocimiento de las redes ciudadanas.

¿Qué posición ocupamos?
¿Qué papel ocupamos en la red comunitaria? ¿Agentes externos, protagonistas...?, ¿con quién nos relacionamos y qué conjunto de acción
formamos?
¿Qué capacidad de acceso tenemos al colectivo de estudio que nos interesa?

¿Qué espacios de participación vamos a incorporar al proceso?
En el diseño (el proceso se hace de todos, no sólo nuestro).
A lo largo del proceso (enseñando y aprendiendo).
En el seguimiento (comisión de seguimiento, boletines informativos...).
En lo permanente y en lo espontáneo (Grupo Motor, Grupo In-formado,
espacios naturales de encuentro que aprovechamos...).
En la devolución de la información (la red de acceso a los diferentes
colectivos...)
En la negociación y construcción de propuestas.

  1. Fase de recogida de información

Fase donde se recaba la opinión de la población. En este fase se deben indagar sobre hechos históricos, mejor cuanto más recientes, que hayan tenido lugar en la comunidad y que sean sentidos por la mayoría de la población y con poder para movilizar a gran parte de esta, generando bien consensos, bien conflictos, etc.. Estos hechos, denominados analizadores históricos, nos darán la pauta para adivinar cuáles son los elementos de motivación, interés y movilización de la población. En la fase de recogida de información se deben aprovechar al máximo los espacios naturales en los que la población se relaciona y utilizar técnicas como entrevistas, cuestionarios, grupos de discusión, asambleas...


  1. Diagnóstico de situación

Cada cierto tiempo una comisión de seguimiento (grupo motor y representantes de la administración o del movimiento ciudadano) debe analizar la situación para proponer actuaciones pertinentes capaces de articular a la mayor parte de los elementos del tejido social.

4. Fase de devolución

En esta fase se debaten, matizan y/o corrigen el diagnóstico y la propuesta
con las asociaciones y la población en jornadas y /o talleres abiertos al público, para consensuar las líneas de actuación, concretar programas y asignar recursos (humanos, materiales, de espacio y tiempo, etc.).

  1. Fase de ejecución y evaluación continúa

En estas últimas fases del proceso, es adecuada la aplicación de prácticas y técnicas de difusión amplia tales como campañas, uso de paneles, métodos
audiovisuales y medios de comunicación local, aprovechando nuevamente los espacios de mayor uso por parte de la población. Asimismo, es conveniente la formación y dotación de mecanismos para la toma de decisiones y la evaluación participativas. Ejemplo de dichos mecanismos son las coordinadoras, observatorios permanentes, plataformas, etc.
En los procesos de IAP la interacción con personas es una de las piezas claves, ya que los grupos o colectivos son, por un lado, fuente de información ya que nos ofrecen datos acerca de su entorno y sobre las redes de relaciones existentes y, por otro, grupo motor o núcleo de acción, participando activamente según su interés, disponibilidad, actitudes, capacidades y formación, en las diferentes etapas del proceso.
En la interacción con grupos, las dinámicas de grupo, provenientes tanto de la educación popular como de la animación sociocultural son básicas ya que permiten trabajar los diferentes objetivos de una manera participativa, así por ejemplo facilitan que los miembros de un grupo se conozcan y aprendan a trabajar juntos de forma autónoma, que todo el conjunto se fortalezca y sea capaz de autoorganizar sus tareas hacia dentro y hacia fuera...

Otra forma de interacción con colectivos es a través de los informantes clave.
Los informantes clave son personas que cuentan con un amplio conocimiento acerca del medio o del problema objeto de intervención, por ejemplo funcionarios, profesionales, líderes y dirigentes de organizaciones populares, comunicadores informales de la base social, etc. Para captar una muestra amplia y diversa de informantes clave se suele utilizar la estrategia de cascada, en la que el primer sujeto proporciona el contacto con otra u otras personas que también pueden aportar una opinión fundamentada y/o experiencia en el tema de análisis.
La experiencia de estas personas resulta importante tanto en las primeras fases previas al diseño de las actuaciones comunitarias como en las etapas posteriores:
devolución-difusión de los resultados y puesta en marcha de las acciones propuestas. La forma más habitual de obtener información de estas personas suele ser la entrevista en profundidad, que puede ser abierta, si se hace de forma personal o semiestructurada, es decir con un breve guión de preguntas y temas.

Gestión de reuniones

A lo largo de todas las fases de la IAP (y en general de cualquier proceso grupal o comunitario) estarán presentes diversos tipos de reuniones: para informar, para recoger información, para intercambiar puntos de vista, para llegar a un acuerdo, para generar ideas, para tomar decisiones...
Consideramos especialmente importante familiarizarse y profundizar en técnicas de gestión de reuniones de cara a la fase inicial de salida a la comunidad, lo cual facilitará enormemente la tarea de conseguir resultados satisfactorios de las mismas. Algunos de los elementos a tener en cuenta en la gestión de reuniones son:

Preparación de la reunión

Para que una reunión sea útil tiene que estar bien preparada; para ello hay que tener en cuenta tanto los aspectos materiales y formales como los funcionales:

1. En primer lugar, hay que fijar el tema de la reunión: de qué se va a hablar y con quién.
2. Definición de los objetivos (qué se quiere conseguir con la reunión), clasificándolos por orden de prioridad (si son muchos se hacen varias reuniones).
3. Planificar el desarrollo de la reunión: elaboración de un orden del día en el que se incluyen los temas a tratar y los tiempos asignados a los mismos. Este plan debe ser abierto y flexible, teniendo en cuenta que nunca se debe sobrepasar el tiempo total previsto para la reunión.
4. Convocatoria de la reunión: se debe establecer un primer contacto personal, preferiblemente por teléfono, con todos los asistentes con el fin de motivarlos e indagar sobre los horarios y fechas más adecuadas. Una vez fijada la fecha y hora más conveniente, se hará una convocatoria escrita en la que se incluirán: los propósitos de la reunión, el orden del día, los asistentes, lugar, fecha, horario y duración, documentación informativa previa,...
5. Organización de la reunión: aspectos tales como la sala, la mesa, el material necesario (botella de agua, papelera, bolígrafos). Conviene hacer un recordatorio de la convocatoria y asegurarse de la asistencia de los participantes.


Es importante tener en cuenta los requisitos básicos del lugar de la reunión:
espacioso, cómodo, con condiciones adecuadas de luminosidad y con el mayor nivel de privacidad posible. Se debe evaluar el lugar más adecuado (céntrico, de fácil acceso…) y aceptado/legitimado por los asistentes. Si se prevé la utilización de medios técnicos se debe verificar su estado y las posibilidades de utilización.

Desarrollo de la reunión
Es conveniente estar presente al menos con media hora de antelación en el lugar de la reunión con el doble objetivo de comprobar el acondicionamiento correcto de la sala y de recibir personalmente a todos los asistentes.
Una vez, todos/as los/las participantes, han tomado asiento, el/la dinamizador/a comunitario dará inicio a la reunión siguiendo los siguientes pasos:

1. Presentación de la persona que conducirá la reunión: el dinamizador/a
comunitario.
2. Bienvenida y agradecimiento a los/las asistentes.
3. Presentación de los asistentes.
4. Presentación del tema y de los objetivos de la reunión.
5. Revisión del orden del día y asignación de tiempos para cada punto.
6. Elegir, si no se había hecho previamente, a una persona que tomará notas para elaborar un acta de la reunión (el acta con los acuerdos alcanzados se enviará a todos los asistentes con posterioridad).

El papel de la persona que conduce la reunión es fundamental. Para dinamizar una reunión deberá:

  • Fijar las reglas, transmitirlas y hacerlas respetar
  • Saber ser directivo en la forma, pero no en el fondo
Para lo cual se asumen las siguientes funciones:

  • Función de clarificación: clarificar los objetivos, facilitar la comprensión, estructurar la reunión.
  • Función de control: aportar método, fijar procedimientos, controlar la palabra, estimular la participación, administrar los tiempos.
  • Función de dinamización: generar en el grupo deseo de conseguir algo.
                                                                   (Antonio Rincón)

BIBLIOGRAFÍA


·         Marchioni, M. ¿Qué es y cómo debe hacerse el trabajo en la comunidad? En: Jornadas de Coruña Solidaria. A Coruña 2001.

·         Araque Hontangas, N. El voluntariado a través de los cambios legislativos y funcionales. Revista de Ciencias Sociales, nº2, Junio 2009.

·         Experiencias de participación ciudadana en municipios: análisis y propuestas. Revista alfoz. Ed. Cidur Madrid, 1993.

·         Bernal, Aurora (coord.) El Voluntariado: educación para la participación social. Editorial Ariel. Barcelona, 2002.










martes, 17 de febrero de 2015

SISTEMA SANITARIO PÚBLICO... ANDALUZ ¡¡¡ S O S !!!



Conviene recordar que los modelos de gestión clínica vienen importados de contextos como el de EE.UU., muy fragmentados, donde coexisten diferentes aseguradoras sanitarias de índole privado y multitud de proveedores públicos y privados, con un gasto sanitario absolutamente disparatado.
En España se ha ido introduciendo auspiciado por el Ministerio de Sanidad y otros entes como el autodenominado “Foro de la profesión médica”, FACME o la Asociación de Directivos Sanitarios (SEDISA) quienes agrupan a gerentes y directores de centros hospitalarios públicos y privados, que son los realmente beneficiarios de esta “alianza ultraliberal” para la privatización del Sistema Sanitario Público. Como la poderosa organización denominada “Club Gertech” compuesta por gerentes y altos directivos sanitarios y con el patrocinio de grandes empresas tecnológicas y farmacéuticas (Philips, Medtronic, Roche, Nec Corporation o Citec-B) especialmente de EE.UU. y China. Este economicista modelo de gestión de los servicios sanitarios públicos utiliza las Unidades de Gestión Clínicas como fórmula para fraccionar los centros sanitarios convirtiéndose a la larga en múltiples empresas controladas por directores políticos con autonomía para disponer de una cartera de servicios para vender a otros servicios y centros, creando un mercado sanitario.
En Andalucía, el Gobierno Andaluz no ha perdido el tiempo ni la oportunidad para sumarse a este solapado intento de privatización de los servicios sanitarios públicos. Para ello ha promovido y aprobado diversos decretos que articulen esta nueva fórmula de gestión en Andalucía, como el Decreto 462/1996 de 8 de octubre, de ordenación asistencial y de órganos de dirección; el Decreto 197/2007 de 3 de julio, por el que se regula la estructura, organización y funcionamiento de atención primaria; Decreto 75/2007 de 13 de Marzo, sobre la provisión de puestos directivos y cargos intermedios; Decreto 77/2008 de 4 de Marzo, de ordenación administrativa y funcional de los servicios de salud mental… y tantos otros que favorecen y permiten la instauración paulatina de la fragmentación de los servicios sanitarios andaluces.

Esta nueva fórmula mercantilista de transformación de la salud pública en gestión clínica va sustituyendo conceptos como el de paciente por consumidores o clientes. Venden la idea de que se dota de mas autonomía a los servicios hospitalarios, la incorporación de profesionales a la administración de los recursos augurando un mayor compromiso, pretenden garantizar factores de eficiencia y de eficacia pero, en realidad estas Unidades de Gestión Clínicas están compuestas por directores cuya tarea primordial es seguir con las líneas marcadas desde mas arriba, su función es rentabilizar costes a base de recortar en personal ,no solo no contratando mas profesionales sino duplicando las tareas y funciones a otros, incentivando a los “alfiles” que coordinan, duplicando las cargas laborales a los “peones”. Los profesionales de la salud deben ser consultados y comprometidos en sus objetivos en mejora de los servicios no utilizados arbitrariamente para sostener el “sistema”. Tampoco acortan el “abanico salarial” siendo cada vez mas abismal e insostenibles las diferencias entre los que menos ganan y los que mas. Utilizando criterios de “productividad” que privilegian e incentivan a las clases mas pudientes.
Este sistema es perverso porque se burocratizan aún mas las tareas siendo lo importante la estadística (nº de veces que) cuantitativa; Escasa participación de los profesionales y aún menos en la toma de decisiones; demasiada diferencia salarial entre los estamentos y categorías; los recortes van dirigidos fundamentalmente a ahorro salarial; Mas deshumanización y marginación laboral; No hay transformación porque no hay compromisos; los incentivos mal planteados incrementan el deterioro de la sanidad pública o se convierte al director de UGC en un gerente económico empresarial.

La sanidad pública no es de los médicos, ni de los profesionales sanitarios en general, ni de los políticos. La sanidad pública es del conjunto de la ciudadanía.


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